Miami (EE.UU.), 11 may (EFE).- La iglesia evangélica recibe un golpe director al corazón. El querido y afamado pastor puertorriqueño Tommy Moya, que dirigía programas de televisión y de radio cristianos en Estados Unidos y Latinoamérica, renunció el domingo a su cargo de pastor general de una iglesia cristiana en Florida, tras reconocer que cometió adulterio.
La Junta de Gobierno del Centro Cristiano Restauración de Orlando, en el centro del estado, anunció hoy la dimisión del pastor en un breve comunicado, pero no suministró mayores detalles.
“Este pasado domingo Tommy Moya notificó a la congregación su renuncia voluntaria debido a su pecado de adulterio, asumiendo responsabilidad de sus acciones públicamente”, indicó el mensaje.
El predicador de 42 años, está casado con Janet Moya y es padre de dos jóvenes, según el sitio en Internet de ese centro religioso que congregaa más de 2.800 personas semanalmente.
El pastor, fundador de esa iglesia cristiana, es anfitrión de programas de televisión que se transmiten en Estados Unidos, Puerto Rico, Centro y Suramérica y en algunos países de Europa.
Sus programas de radio se escuchan en Florida, Connecticut, Costa Rica, República Dominicana y Venezuela.
Es autor de los libros “Destinados para las alturas” y “El Maravilloso Evangelio de la Gracia” y dictaba conferencias a nivel internacional sobre liderazgo, crecimiento en la iglesia, sanidad interior y consultas a organizaciones y ministerios.
Sin duda esto es un fuerte golpe que entristece a todos los admiradores de este querido pastor, porque Tommy Moya jamás se ha mostrado como un personaje prepotente, agrandado ni ha mostrado creerse perfecto ni mejor que los demás.
Esta situación simplemente demuestra que seguimos siendo seres humanos, y que hoy más que nunca la Biblia nos grita fuertemente a toda la iglesia cristiana: “El que esté firme mire que no caiga”.
Su renuncia se dio a conocer en medio del escándalo que protagoniza el sacerdote católico Alberto Cutié, más conocido como Padre Alberto, que fue sorprendido por un paparazzi acariciando y besando a una mujer en una playa de Miami.
Cutié, a diferencia de Moya, no ha renunciado, solo pidió una licencia a la Archidiócesis de Miami para reflexionar y decidir sobre su futuro como cura católico.
El sacerdote reconoció en entrevistas que mantiene una relación sentimental con ella desde hace dos años.
Pero ha dicho que no pedirá perdón por amar a una mujer, aunque hoy en una entrevista en inglés con la cadena estadounidense CBS, pidió disculpas a la Iglesia Católica y a sus feligreses por el escándalo.
Su caso avivó la polémica del celibato, sin embargo, Cutié dijo que no apoya “violar la promesa” de ese voto. “Entiendo que esto es equivocado”.
Desde 1998 Cutié combinó su sacerdocio con el trabajo en medios de comunicación hispanos de Estados Unidos y de Latinoamérica.
Fuente: EFE
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